Para hoy tenemos todo un ejemplo de un proyecto de una vivienda diseñada para un chef, donde la cocina es el principal protagonista.
Contar con más metros implica, en muchas ocasiones, disponer de más estancias. Un desafío importante para el diseño interior de este apartamento que armoniza el área de distribución donde había que ubicar varias estancias y generar, al mismo tiempo, una sensación de expansión horizontal.
Lo inusual de este proyecto es que las puertas correderas sirven para delimitar estancias, al mismo tiempo que su juego funciona como revestimiento del pasillo o como cerramiento del propio módulo. Para esto se ha milimetrado el despiece de zonas huecas y macizas, y los encajes de las correderas se integran las dos funciones.
Tal concepto obligó al equipo de diseño a proyectar un sistema casi invisible de guías, dejando tan sólo 1 cm de abertura y revistiendo el sistema estándar para buscar serenidad y limpieza visual.
Tratándose de la casa de un chef, la cocina se toma como referencia y corazón del proyecto. A partir de una caja de cristal fumé intregada en este espacio y también convertida a estantería, se emplazó en su interior un interesante concepto de cocina: combinando el mobiliario más estandarizado con una cocina y campana más industriales que le aportan una estética interesante al proyecto.
El diseño de la vivienda se divide en dos zonas principales. Las puertas correderas permiten de forma sutil desconectar esta estantería, junto con el comedor y el salón, de las habitaciones. El salón, de importantes dimensiones, está conectado a una terraza con una jardinería que aísla del entorno urbano.
La habitación principal es una suite con un gran baño proyectado en mármol dolomita. Un espacio fluido que integra también un vestidor, más un dormitorio, situado de espaldas al baño pero enfrentado a la esquina más importante de la vivienda donde se han proyectado grandes aberturas a modo de ventanales.
La ducha está inmersa en un volumen de cristal fumé y funciona a la vez de módulo separador. Esta composición sitúan el wc y bidé en un espacio independiente para que el resto del baño funcione como un ambiente más público.