PAVÉS. El pavés es la solución rápida, barata y fácil de colocar que muchos constructores daban hace años a los propietarios que lo que en realidad querían era un cerramiento de vidrio. No es una buena mampara ni separa ambientes. Descártalo salvo que vivas en un loft neoyorquino en el Soho. Si te gustan los cerramientos transparentes, echa un vistazo a estas propuestas, mucho más contemporáneas.

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GRESITE AZUL. Nunca nos ha terminado de convencer eso de poner en el baño un azulejo que se usa habitualmente en las piscinas. Si te gusta el efecto, piensa en alternativas más actuales, como el azulejo Zellige o busca otros formatos y colores. Incluso cuando las piezas son cuadradas, si das con un tono de moda (verde bosque, azul pato) y lo usas sutilmente, puede quedar muy bonito y contemporáneo a la vez.

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PINTAR CADA HABITACIÓN DE UN COLOR. Cuando llegas a una vivienda vacía, el primer impulso es hacerla tuya a toda costa y pintarla a tu gusto parece el primer paso lógico para crear un hogar propio. Pero date un tiempo. Cuando la casa esté llena de tus muebles y tenga todas tus cosas la sentirás mucho menos fría. Si aun así te sigue faltando color, plantéate pintar sólo una de las paredes. El lienzo sobre el que colocas la TV o el cabecero de la cama son dos buenos candidatos. Elige un color que combine bien con tu mobiliario.

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FOCOS QUE ILUMINAN CUADROS. Ninguna obra, por maravillosa que sea, merece semejante despliegue. Si tienes un cuadro que te gusta especialmente y quieres que destaque en tu casa, colócalo en una pared en la que cobre protagonismo y cuida la iluminación de toda la estancia. No vale con plantar un foco encima, hay que iluminar bien toda la pared y colocarlo en un espacio de proporciones adecuadas a su tamaño.

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